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     En el centro de Andalucía hay un lugar donde el cielo se refleja en el suelo como en un espejo, un lugar donde cientos de aves se comunican con sus cantos. En la Laguna Fuente la Piedra pasean la señorita Pagaza Piconegra, la Gaviota Reidora y la Picofina, el Chorlitejo Patinegro, la Cigüeñuela o la Avoceta, ya en invierno son habituales los paseos de  la Grulla, y el señorito  Pato cuchara. Todos conviven en armonía, se respetan unos a otros a pesar de sus diferencias.
Unos silban, otros pían, unos cantan y otros, como los flamencos, graznan.


Todos los flamencos vivían en comunidad y se movían al unísono. Que uno tiraba para la derecha, todos iban hacia allí, que uno decía que ahora tocaba volar un rato, todos levantaban el vuelo en la misma dirección. Todos menos una, que siempre se mantenía al margen, tranquila, disfrutando del paisaje sobre su pata derecha.
  Los demás flamencos la llamaban “la rarita” ya que no solo no se dejaba arrastrar por la última moda, sino que además le gustaba probar alimentos nuevos. Sus compañeros comían principalmente camarones, y algún cangrejo que otro, pero a nuestra amiga “la rara”  le gustaba  ir descubriendo otros sabores:  comía vegetales, frutas, semillas, y todo lo que encontraba.
Mientras ella solitaria recorría la laguna,  a lo lejos un flamenco dentro de la comunidad no paraba de mirarla y hacía mil torsiones con su largo cuello para no perderla de vista. Un compañero de la colonia le dijo…. Tonás ¿No me digas que te gusta “la rara”?
 -No se llama rara - Respondió Tonás. - Se llama Debla y para mí no tiene nada de rara, solo que es una flamenco con personalidad - Decía mientras el pico se le abría involuntariamente y le dibujaba una enorme sonrisa de bobo-. Mientras, su compañero ponía los ojos en blanco y lo dejaba allí con sus suspiros enamorados.

- Aaaaaaaay…Debla.

Una mañana, estaba Debla observando el paisaje y se fijó en el espejo que la laguna en calma formaba en sus patas. Cuando se vio reflejada algo le llamó la atención, en su plumaje rosa habían surgido lunares blancos, como si de un traje de gitana se tratase. Al principio Debla se asustó pero al minuto no podía dejar de mirarse en el agua mientras hacia poses levantando sus alas, su cuello, su pata… cada vez con más arte, mientras a lo lejos, Tonás quedaba hipnotizado en sus movimientos.
Los demás flamencos al verla se acercaron volando alrededor de Debla y le preguntaron:
   -Pero …¿Qué has hecho? ¿Por qué tienes esos lunares?
   -No lo sé, pero me gustan - Respondió
   -Son horribles - Le decían - ¿Pero tú qué has comido para que te pase eso?
   -De todo - Dijo Debla.
   -¡Estás loca! , ¡Rara!- le gritaron mientras giraban volando a su alrededor hasta que el torbellino se fue en bandada y quedó sola, cabizbaja y triste.
  -A mí me gusta - Dijo una voz a su espalda. Debla giró su cuello y allí estaba Tonás solo sobre una pata que le temblaba.
   Estaba ya atardeciendo, Debla le sonrió, y con unos pasos lentos y elegantes se acercó a él. Juntaron sus frentes y sus cuellos formaron un corazón que se recortaba en el Sol de aquel atardecer que ninguno de los dos jamas olvidaría.


     Los meses pasaron felices, él loco loco y ella loquita, hasta que el gran día llegó y tres bellas crías de color blanco con lunares rosas vieron  la luz, sus padres les pusieron Soleá, Fandango y Alegría.
La gente se agolpaba en los observatorios con enormes teleobjetivos para conseguir la mejor foto de la variopinta familia
    ¡¡¡Ole!!! - Les gritaban al verlos pasar.
     Y ellos agradecían aquellos gritos con Tonás marcando el ritmo con su pico. Soleá taconeaba en el agua mientras Fandango daba palmas con sus alas. ¿Quién dice que los flamencos no cantan? Tendríais que haber visto con qué arte lo hacía Alegría mientras su madre Debla hacia sus poses alardeando de plumaje a lunares.

    A lo lejos, el resto de la comunidad les miraban con envidia, mientras pensaban que quizás la felicidad no está en hacer lo mismo que todos, sino en hacer lo que realmente te guste.


                                                ¡OLE! , perdón FIN


 

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