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FLAMENCO Y EMOCIONES

Comenzamos nuestro viaje partiendo de un punto en común: nuestro interior, nuestra manera de sentir, explorando y recorriendo el mapa emocional propio, para después trasladarlo a otras facetas artísticas.

Nos serviremos para ello, por supuesto, de la riqueza que el flamenco aporta desde todas sus facetas.

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En primer lugar, planteamos las siguientes cuestiones al alumnado :

 

¿Cuántas emociones conoces? ¿En qué situaciones las has experimentado? ¿Cómo las representarías gráficamente?

Si tuvieras que explicar a un niño de 5 años qué se siente cuando pierdes a alguien importante, ¿cómo lo harías?.

 

También se ofrecerá la posibilidad de escuchar distintas obras musicales para que identifiquen estados de ánimos, abriendo el diálogo acerca de qué música les acompaña en distintos contextos emocionales de sus vidas cotidianas.

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El siguiente paso ahondará en la expresividad a través de la música, concretamente del flamenco. Si algo caracteriza a la naturaleza de este estilo infinito, es la cantidad de matices, colores y emociones que se pueden transmitir a través de todas sus facetas: el cante, el baile y el toque. Para ello, desarrollaremos dos fases:

 

  • La primera, consistirá en la visualización de algunas imágenes e interpretaciones de artistas, que expresan a través del lenguaje corporal emociones de muy distinta naturaleza, contrastando distintos palos y facetas (cante, toque y baile) en los que el contenido emocional sea sustancialmente distinto, para suscitar la empatía y despertar la reflexión.

 

  • En la segunda, el alumnado escribirá una conclusión sobre lo que emocionalmente piensa que ese/a artista está expresando en ese preciso momento, fruto del bagaje generado por toda la reflexión anterior y el estudio de la propia sensibilidad.

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Y por aquí el resultado...

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